DEPORTE Y HERNIA

Realizar actividad deportiva como pasatiempo o, de manera profesional para competencias, es una actividad saludable, entretenida y relajante. Si bien los pesos excesivos o movimientos inapropiados durante la actividad deportiva no son la única causa para la aparición de una hernia, esta actividad se constituye en un factor de riesgo para la aparición de una hernia inguinal o umbilical en personas con cierta predisposición biológica para padecer de esta enfermedad.

La actividad deportiva no está exenta de riesgos. Además de lesiones por torceduras, golpes, desgarros, otros de los peligros es el desarrollar lo que se conoce como hernia del deportista o una hernia inguinal.
Una hernia se presenta cuando una parte de un órgano interno sale a través de un área muscular que está débil. Esto es algo relativamente común, que puede ocurrirle tanto a los hombres como a las mujeres sin importar la edad que tienen, ya que incluso puede suceder en los niños.

Si bien existen distintos tipos de hernias, como la hernia umbilical (en el área del ombligo), la hernia hiatal (en una abertura en el diafragma, que es el músculo que divide el tórax y el abdomen) y la hernia de disco (en la columna vertebral), la mayoría de las hernias ocurren en el abdomen y la más común es, justamente, la inguinal. La hernia inguinal se produce en la ingle, es decir, el área en que coinciden la parte superior del muslo y la parte inferior del abdomen.

Entre los factores que pueden contribuir a que aparezca una hernia, no sólo se encuentra la debilidad y la distensión muscular sino también el levantar objetos pesados, hacer un esfuerzo muy grande o forzar o ejercitar en exceso ciertos músculos.  Todos los deportistas deben cuidarse, pero quienes practican patinaje, hockey, fútbol (soccer) o tenis tienen más posibilidades de que les aparezca una hernia.


¿Cómo puedo saber si tengo una hernia?

Como sucede con otras lesiones, el síntoma principal de la hernia es el dolor. En la hernia inguinal, específicamente, el dolor se siente en la zona baja del abdomen, la ingle, y a veces en los genitales. Sin embargo, a veces no es tan fácil reconocerla y el dolor tarda en aparecer. A veces puede demorarse semanas o hasta meses, es decir uno podría padecer de una hernia asintomática por un largo tiempo sin manifestar ninguna molestia. Otra forma es sentir un bulto en la ingle que aparece en especial con el esfuerzo físico o al ponerse de pie, crece al inciar la actividad deportiva y duele y al reposar disminuye el dolor y el bulto desaparece.

El médico puede notar una tensión en la zona del músculo, pero sin llegar a detectar ningún bulto en los tejidos, junto con dolor. Por eso, para poder detectar la hernia, el médico podría pedirle al deportista que haga ciertos movimientos específicos para encontrar cuál es el que produce el dolor.

Si tienes una hernia, es posible que el dolor se resuelva durante el reposo, descansando los músculos durante un tiempo y evitando hacer esfuerzos. Sin embargo, una vez que aparece, la hernia no se va por sí sola y la única forma de eliminarla por completo es con una cirugía.

El problema con las hernias es que tienden a crecer con el tiempo en especial si mantienes una actividad que genere esfuerzo, como el deporte, y el riesgo es que se llegue a complicar. La complicación se produce porque las estructuras internas del abdomen, como los intestinos, se tuercen o quedan atrapados dentro de la hernia y esto impiden el paso de la sangre. Esto es muy peligroso porque puede causar la muerte de esa parte del intestino, lo cual necesita una cirugía de carácter urgente.