Las grandes ventajas que ha demostrado la Cirugía Mínimamente Invasiva, han llevado a una creciente demanda y desarrollo de técnicas que permiten un menor daño y repercusión en los tejidos. Técnicas como la Laparoscopía avanzada, han permitido transformar técnicas quirúrgicas de gran agresividad tisular caracterizadas por grandes incisiones a técnicas de invasión mínima, permitiendo disminuir el dolor post operatorio, tiempo de realimentación y de hospitalización, mejorando significativamente la reinserción de estos pacientes a su vida normal.

Esta técnica ofrece además mejores resultados estéticos, ya que se realiza a través de incisiones muy pequeñas de medio o de un centímetro versus las tradicionales incisiones grandes de la cirugía abierta convencional.

Los días de reposo médico se acortan, logrando que el individuo se reincorporé rápidamente y con normalidad a sus actividades laborales y deportivas.

El dolor postoperatorio es mínimo y controlable con pocos analgésicos.

Permite además, cuando el paciente tiene varias enfermedades, la realización de diferentes cirugías en un mismo tiempo quirúrgico y una misma hospitalización y reposo médico por pequeñas incisiones, con la disminución significativa de gastos de hospitalización.